PROPÓSITO DE ESTE ESPACIO

Blog dedicado a publicar aquellas cosas que ocurren en la vida y que dejan un mensaje que apunta hacia la belleza de un Creador, con el fin de admirarnos de Él.

lunes, 27 de julio de 2015

EL TIEMPO Y LA ADORACIÓN EN EXPLOSIÓN JUVENIL 2015

EL TIEMPO Y LA ADORACIÓN EN EXPLOSIÓN JUVENIL 2015

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Una de las imágenes que más llamó mi atención en el congreso Explosión Juvenil 2015 es la siguiente: en un extremo, el altar de adoración, luminoso y entregado en pasión para exaltar el nombre de Dios. En el otro extremo se encontraba un cronómetro dentro de una pantalla, marcando el tiempo y restringiendo los momentos de comunión con el Creador. ¿Qué se puede ver entre estos dos puntos? Una congregación de centenas de jóvenes marcados por el mover del Espíritu Santo, quienes elevan su rostro hacia el sublime amor del Padre, y jamás realizan la existencia de los gritos mudos del reloj. El tiempo pasa y se pulveriza en ceros, pero los cantos y la alabanza se magnifican en tanto llegan a los oídos del Redentor.

Bellísima imagen es ésta, que nos habla de la adoración en el pasado, cuando el mundo era formado y las estrellas apenas obtenían su brillo de la luz divina. Dios fue adorado en la catástrofe y en la prosperidad, en la paz y en la guerra, en la incredulidad y en la fe, en la eternidad y la finitud. Dios creó el tiempo, pero éste no limita sus propósitos, y no lo ha hecho en la historia. Dios ha caminado en plenitud por los siglos, ascendiendo sobre las ruinas del paganismo, la persecución o la incredulidad. El pasado fue ahogado en la eternidad. 

Bellísima imagen es ésta, que garantiza el acceso al trono de la gracia en el presente. ¡Cuán hermoso sacrificio de Jesucristo! ¡Cuán sublime gracia! Por la sangre que caminó por las grietas en la madera de la cruz, podemos alzar nuestras manos, rindiéndonos ante Aquél que se rindió en el Calvario, despojándose de su condición de Dios. Explosión Juvenil es un reconocimiento al triunfo de Cristo sobre el tiempo, es una declaración de victoria sobre el principio y el fin, es un conjunto de manos levantadas que ignoran el cronómetro, es un ligero temblor de piso de pies que se gozan danzando para quien cambió nuestro lamento en baile. Y ante todo esto, que las horas sigan llorando mudas, porque las notas del cielo nunca cesarán de cantar su gozo.

Bellísima imagen es ésta, que nos da esperanzas de la adoración futura, cuando el diablo pierda la batalla final, y los santos puedan estar junto al Santo de Israel en la Nueva Jerusalén, adorándolo día y noche. En aquel día no sólo desaparecerán el llanto, la muerte o el dolor, también los segundos serán despedazados en un sublime epítome de poder expresado por quien es Alga y Omega, el principio y fin. Sólo en Dios los dos extremos del tiempo adquieren su sentido: en el principio, cuando el Verbo dio vida al mundo con su palabra; en el presente, cuando el Verbo al hacerse carne mostró la gloria del padre en un rostro humano, y en el futuro, cuando el Verbo se convierta en espada envuelta en vestiduras blancas, y establezca su dominio inmutable e inquebrantable para siempre.

Por eso las generaciones alaban a Dios, y las manos de los jóvenes se levantan en total sumisión ante Él. Que pase el tiempo, porque nuestra gratitud a Jesús es eterna; que pasen las horas y nos volvamos viejos, pero nuestros ojos permanecerán jóvenes porque a través de la adoración vieron a Jesús. Levantamos las manos dándole la espalda al tiempo, danzamos sobre una pista imperecedera, y entregamos en humildad nuestras almas al Todopoderoso Dios, Creador del cielo y de la tierra, y Rey eterno sobre todo el cosmos. 

Generaciones vienen y van, pero la adoración de los santos se fundamenta en la Roca Eterna. 

Tu reino es reino de todos los siglos, 
y tu señorío en todas las generaciones
Salmo 145:13